Los senderos embarrados de otoño nos llevaron hasta Mangrullo y Berachi, donde iniciamos el camino del proyecto RACATU. Fuimos recibides por maravilloses niñes y un par de maestres geniales. Nos volvimos más que agradecides y esperando con ansias volver a encontrarnos y ver qué registraron las cámaras trampa que dejamos en el monte!
De pasada, para no extrañar, el domingo nos dimos una vuelta por Centurión.