El salón era rectangular, lo volvimos circular
lo extraño se volvió cercano, cotidiano, querible, nuestros miedos se volaron por las ventanas
dos semanas, cuatro encuentros, treinta humanidades se encontraron para (re)pensar sus teorías y prácticas de Educación Ambiental,
¿cómo?, ¿desde dónde?, ¿de qué manera? ¿para quiénes? ¿puede ser de otra manera?
reflexionar, cuestionar, compartir, cooperar,
escuchar, sentir, dialogar, debatir, reír,
todo eso, y mucho más, se dio en pocos metros cuadrados
nosotras felices de lo aprendido,
agradecidas por la oportunidad
ya queriendo más encuentros como estos
❣